Asociación para el estudio de temas grupales, psicosociales e institucionales

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Reflexiones sobre la violencia en el mundo educativo, por Juan A. Arroyo Díaz


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REFLEXIONES SOBRE LA VIOLENCIA EN EL MUNDO EDUCATIVO [1]

Juan A. Arroyo Díaz [2]

El Grupo Operativo del que formamos parte, hemos trabajado desde las citadas reflexiones con la interacción y la complementación de los pensamientos, fundamentados en la experiencia del profesorado aludido y del propio autor y a partir de la propuesta del mismo.

Entendemos en primer lugar, que desde el punto de vista del título de este trabajo, nos ha llevado a entender la violencia en el contexto educativo, como las actuaciones y/o usos del habla, que no construyen la integración en los contextos de los grupos o en las personas independientes que forman parte de la comunidad educativa, en cualquiera de sus grados.

La noticia de la muerte de un  profesor en Barcelona el pasado Curso escolar 2014/15, a manos de un adolescente, nos lleva  a reflexionar cómo es posible que se produzca el hecho y las circunstancias para dicha conducta destructiva y su consecuencia.

Más que centrarnos en el suceso, que  tendió a silenciarse en los medios, como un dato maldito y del que parece que “más vale no hablar”, lo que buscamos como objetivo de este trabajo grupal, es tratar el sentido social y educativo que tiene tal información.

Lo clave, para nosotros, es pensar juntos cómo discriminar el suceso de sus efectos, donde por otra parte más han abundado los medios informativos. Nos interrogamos acerca de cómo se han desenvuelto los ambientes naturales del desarrollo socio-emocional del adolescente, dentro de los contextos comunicativos. Para ello no podemos dejar de citar a autores como  Winnicott, que ha investigado sobre los ambientes que favorecen el desarrollo en la niñez y  Bleger, con sus ideas acerca de dichos desarrollos y el interjuego que se establece entre los mundos internos y externos de los sujetos de educación así como los ámbitos de crecimiento de los grupos humanos.

También citamos a la profesora Mercedes Valcarce, en su preocupación por el diálogo en la vida de los adolescentes, distinguiendo lo que es normal o lo que es patológico en sus identidades, etapa donde “la palabra y el pensamiento, cumplen la misma función que el juego cumplió en la infancia…”.

El tema de la violencia entre los adolescentes, y que puede ampliarse a la etapa de la niñez, está sustentado científicamente por la escuela Tavistock, así como por la profesora Rosario Ortega en España, por el alumnado espectador, y por lo tanto callado y ocultador del/ los conflictos.

En principio nuestra sociedad es más dada al tremendismo y a la búsqueda de chivos expiatorios que a la reflexión serena y reflexiva de los sucesos, en toda su complejidad y causalidad múltiple.

El suceso citado al principio puede entenderse como un emergente social, indicador del comportamiento problemático del adolescente que se fragua en los entramados familiar, social y escolar, como base del iceberg de los malestares en la dinámica de las necesarias relaciones interactivas del profesorado, el alumnado y las familias, triple sustento de las comunidades educativas sobre todo en las edades de infantil, niñez y adolescencia.

Planteamos que es importante discriminar en educación los niveles de lo no expresado y de lo manifiesto, siendo en este último donde se encuentran las posibilidades de abordar los potenciales cambios sociales y educativos.

Una actuación educativa, normada y fundamental para dichos cambios, se encuentra en trabajar de forma SISTEMÁTICA en las aulas, la FUNCIÓN TUTORIAL.

Dimensiones de la Función Tutorial:

  1. Acoge, debe acoger siempre, las inquietudes del alumnado en sus aprendizajes desde el desarrollo de  todas sus cinco grandes capacidades : comunicativa, intelectiva, motriz, artística y de inserción social,  junto a  las propias  tareas de los equipos docentes, desde cada grupo-clase, con la Jefatura de Estudios como responsable y al frente de los esfuerzos humanos para motivar unas relaciones positivas que propicien la responsabilidad por parte de todos los implicados en las relaciones y para intentar prevenir sucesos como el referido u otros de mayor cotidianeidad….

Por tanto si contemplamos las posibles causas de sucesos no gratos, o tal vez trágicos en ocasiones, debe superarse esa actitud a veces tan socorrida de “todos somos responsables”…, cuando a lo mejor pudo realmente haberse evitado el suceso más o menos grave  en que el conflicto humano derivó, por no tratarlo de forma adecuada y a tiempo, lo que debe ser considerado por cada docente, como esencial en la   educación de los menores…

Debe además evitarse, por ser fundamental en educación, esa visión sesgada “blanco-negro”, con las que a veces se valoran las actitudes del alumnado. Se trata por tanto de superar esa dicotomía de premio a lo “bueno” y castigo o muchas veces desprecio o ignorancia a lo considerado como “malo”.

El mundo más bien, parece que se hace y construye por integración y no por segregación, de los grupos humanos.

  1. Otra dimensión de la función Tutorial,  es el cuidado de  las necesarias relaciones de interacción del profesorado con las familias del alumnado en concreto de cada clase, que no se reducen a una actitud pasiva del control cuantitativo de la marcha académica y/o de la asistencia de sus hijos e hijas al centro por parte de aquellas.

Dicha función tutorial, siempre es preventiva, si se ejerce de acuerdo con un programa establecido en el que la tarea no es una actuación a modo de emergencia que sofoque los problemas que vengan en cada momento, sino la de atender y actuar sobre las necesidades permanentes que se plantean en cada tiempo del transcurrir educativo-escolar.

Nos preguntamos por otra parte, las dificultades que encuentra el profesorado en todas las praxis que se le demandan.

La base de la FUNCIÓN TUTORIAL es la comunicación por medio de la palabra, que en la medida que profundice más sobre las complejas interacciones humanas, así será de eficaz en la transformación e integración de las sociedades.

Una herramienta que hemos utilizado eficazmente, es la representación de las situaciones de conflicto cotidiano, con la investigación llamada Psicodrama Pedagógico. Se inscribe como una más dentro de las técnicas de trabajo grupal.

Su mayor reconocimiento, como trabajo culminado oficialmente en la Comunidad de Madrid, publicado hace seis años, se obtiene desde la experiencia contrastada en múltiples centros desde los años noventa; y en todos los niveles educativos desde Primaria, Secundaria  y  Bachillerato.

La especialidad de “Orientación Educativa” se inicia de forma generalizada en la educación española oficialmente el curso 1993/94.

Volviendo al medio didáctico de la citada investigación, se constata que dramatizar supone reconocer y reconducir el conflicto preventivamente para alcanzar una posición de crecimiento y concentración del alumnado en las tareas  educativas desde las respuestas personal y las del grupo-clase.

El diálogo por tanto necesita aparecer siempre en la tutoría no solamente para prevenir las conductas destructivas o las autodestructivas, sino sobre todo y desde la normalidad de la vida, para dotar al aula del ambiente saludable que el grupo clase poseerá asumiendo el clima de reconocimiento del conflicto como inherente a la vida cotidiana.

Dicho clima capacita al GRUPO para generar en cada uno de los individuos que lo conforman, la adquisición y consolidación de una actitud de apoyo hacia sí mismo y hacia los demás componentes del grupo y por tanto de aprendizaje en todas las capacidades…

Todo ello va naturalmente unido a la sensibilización de los adultos, padres y profesorado, que busca revitalizar las relaciones necesarias para mejorar la calidad de la vida escolar, tan compleja y relacional.

Con dicha praxis teatral, trabajada de forma creativa en equipos y universalmente, siempre se refiere a sus necesidades y/o dificultades educativo-escolares y sobre todo es muy pertinente si se han detectado indicios claros de desintegración y/o marginaciones personales, debido a que se propicia que las emociones afloren y se conviertan en datos claves para ayudarse entre sí los diferentes integrantes del grupo-clase, así como en las relaciones con sus profesores y sus padres. Se motiva por tanto la mejora global en las tareas escolares y específicamente se ha demostrado en la investigación de la herramienta citada, una disminución muy significativa en toda la experiencia, del grado de miedo irracional a que afloren las conductas u opiniones que se suelen ocultar y que tan sólo son las marginaciones que tapan los grupos cuya interacción grupal es deficitaria para asegurar su sentido de aislamiento individual.

Cuando ocurre ese déficit de carencia de grupo interactivo, el conjunto de individuos del aula, se centra en las  apariencias, en el individualismo y en los aspectos visibles, como si fueran los únicos válidos para los diferentes aprendizajes.

Hemos comprobado cómo a lo largo de la última década del pasado siglo en los esfuerzos educativos de la transición en nuestro país, no entraba en juego, más bien se daban resistencias a la hora de incorporar los desarrollos de objetivos relativos a la vida afectiva y a los de inserción social, consideradas como las últimas de las prioridades…

El problema de la inclusión de dichos factores en las tareas educativas, donde las apariencias todavía ocupaban un lugar muy importante al final de pasado siglo, era intentar consolidar los cambios en los aprendizajes, sin considerar para nada los aspectos ocultos y marginales de los niños, adolescentes y adultos. Ello es algo que necesita ser considerado, en el objetivo de una integración social y un crecimiento adecuado que atienda las necesidades desde las tareas de enseñanza y aprendizaje en toda la complejidad de cada grupo clase.

Hay que recuperar por otra parte las relaciones humanas directas en las aulas, las plazas, las calles, los mercados y fundamentalmente desde la familia en sus relaciones con la escuela.

Hoy por hoy, los medios informáticos que deben, desde una educación liberadora,  ser medios comunicativos, todavía ocupan en muchos ámbitos de las relaciones humanas el papel de limitar el libre pensamiento, de tal forma que ocasional o frecuentemente, según los escenarios, pueden propiciar en los usuarios niños, adolescentes y también en los adultos, un carácter “puramente lúdico-agresivo” que para nada ayuda en la necesaria interacción personal y reflexiva entre los individuos. En estos casos el yo del usuario puede quedar marginado, fuera del crecimiento social y convertirse en un ego asocial.

Ello explica el ciberbullying entre adolescentes.

El mundo finalista de los aparatos cibernéticos es brutal. Podemos contemplar estupefactos la insalubre relación que pueden ocasionar el “habla de los humanos” con máquinas, como esos “reborn”, o las muñecas Barbie, capaces de establecer “diálogos”… Tenemos pues servido el colmo de la doctrina finalista-informática para la degradación mental y por tanto la desintegración.

En un valioso trabajo de Margarita Aznar, (Colegio de Psicólogos, Clínica contemporánea, Volumen 5, nº 3 del año 2014), sobre las escuelas de padres, en la promoción de la salud y de la escuela, se produce una aportación en la línea que defendemos, fundamentando el cuidado que las instituciones educativas deben tener en las necesidades de las familias y sus descendientes para humanizar la educación en un gran sentido integrador, considerándose esencial el sentido preventivo, la cooperación, el tratamiento permanente de los conflictos, la independencia psíquica en el crecimiento humano y la intersección entre las normas y la libertad.

En su trabajo, viene a consolidarse algo clave y cito su texto: “… el marco grupal es una vía regia a este aspecto de la tarea, (Capacidad reflexiva), porque permite contemplar cómo los otros miembros del grupo, pese a las diferentes individualidades, comparten el verse sometidos a expectativas, condicionantes y servilismos comunes.

Para finalizar, volviendo al título de este artículo, no puede dejar de mencionarse la importancia de lo que está oculto detrás de la muerte casual o causal de un profesor o de las fricciones humanas normales de permanente actualización.

La forma de atender por tanto el conflicto humano, natural y constante en todos los grupos educativos, es priorizar las tareas de atención tutorial, que evitan en su praxis que los centros sean lugares donde con su abandono, se favorezca la violencia y la resistencia para los diferentes aprendizajes.

Madrid 11 de noviembre de 2015      

GRUPO OPERATIVO DE EDUCACIÓN                                                        

Bibliografía

Arroyo, Juan A. : “La Tutoría y el Psicodrama Pedagógico en Educación”. Seminarios del Estudiante. U.A.M.( 2014). Documento interno.

Arroyo, Juan A. : “Planteamiento preventivo del acoso en los centros educativos”.   Master de formación del profesorado de educación Secundaria y Bachillerato. U.A.M.( 2010). Documento interno.

Arroyo, Juan A. : Psicodrama Pedagógico. Trabajo de Investigación. Comunidad de Madrid. Consejería de Educación. Madrid (2009).

Arroyo, Juan A. : “Violencia y educación” .( 2002). E.O.E.P. de Colmenar Viejo. Documento interno.

Aznar, Margarita : “Sobre escuelas de padres en la promoción de la salud y de la escuela”. Colegio de Psicólogos. Clínica contemporánea. Volumen 5.( 2014)

Bleger, José :   Psicohigiene y psicología institucional. Paidós. Buenos Aires (1972)

Fernández Osorio, Gema: La dramatización como recurso preventivo en la acción tutorial. Trabajo de fin de Master en la U.A.M . (2013). Documento interno.

Monseny, Josep : “¿Qué escuela nos hace falta?”. Educar aún...El educador frente a los retos de la enseñanza. Barcelona ICE-HORSORI. (2009)

Pichon-Rivière, Enrique: (con José Bleger, David Liberman y Edgardo Rolla): “Técnica de los grupos operativos”. Nueva Visión. Psicología Contemporánea.(2006)

Pichon-Rivière, Enrique : “Vinculación, comunicación y aprendizaje” (Págs. 47-55). Teoría del vínculo. Nueva Visión. (1985).

Valcarce, Mercedes : “La identidad en la adolescencia: aspectos normales y patológicos”. (Págs. 257-271). Universidad Complutense Curso de verano de la Universidad del país Vasco. (1988).

Winnicott, Donald W.: Los procesos de maduración y el ambiente facilitador. Estudios para una teoría del desarrollo emocional. Paidós Psicología profunda.(1993)

Winnicott, Donald W.: La familia y el desarrollo del individuo. Paidós (2006)


 

[1] Grupo Operativo de Educación. Se ha realizado este trabajo durante el curso 2014-15 y parte del actual 2.015-16, con la tarea de un enfoque interdisciplinar dentro de un Grupo Operativo, integrado por tres profesoras de diferentes especialidades y el autor de la ponencia.

Este texto fue presentado en la Mesa Redonda “Lo grupal como propuesta de transformación para el aprendizaje: qué sujeto, qué docente”, acto organizado en Madrid, el 21 de noviembre de 2015, por las asociaciones APOP y Área 3.

[2] Juan Antonio Arroyo es Psicólogo-Orientador. Profesor de Psicología-Pedagogía de Educación Secundaria de la Comunidad de Madrid. Profesor Asociado de la Universidad Autónoma de Madrid, Facultad de Educación y Formación del Profesorado. Miembro de APOP.

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